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Javier Calderón: “No hay que menospreciar la capacidad que tenga Duque para incendiar a Colombia o a

Entrevista a Javier Calderón, magíster en Sociología, doctor en Ciencias Sociales e integrante del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), sobre la escalada de autoritarismo en la Colombia gobernada por Iván Duque.

–En la nota metés algunos elementos interesantes para comprender este giro, que de alguna manera se podía presumir que iba a suceder teniendo en cuenta la línea que trae Duque. Sería interesante hacer una breve síntesis de lo que volcás en la nota para comprender este camino hacia el autoritarismo de Duque.

–Lo primero decir que Duque entró al gobierno hace menos de 3 meses, está recién iniciando su mandato, que es representante de los sectores de la ultraderecha colombiana, pero no cuenta con las mayorías parlamentarias y con la capacidad de gobierno suficiente como para imponer toda la agenda de derecha que se suponía que representa su partido, el Centro Democrático (el partido del ex presidente Uribe).

Duque ha venido paulatinamente imponiendo algunas medidas como la prohibición del porte de la dosis personal de mariguana o de algunos alucinógenos, que la constitución colombiana y la Corte Constitucional, hace cerca de 20 años había declarado como legal. Sobre todo por considerar que no es posible penalizar a las personas que consumen drogas por el hecho de hacerlo, al considerar que no existe el delito de drogadicción.

El otro asunto que viene impulsando Duque es la cadena perpetua para violadores y una vieja estrategia cultural/educativa de impartir urbanidad y cívica en las escuelas, lo cual se traduce en estudios religiosos y bastantes atrasados de esto que se concibe como urbanidad.

Son medidas bastante insulsas, bastante inoperantes para resolver los grandes problemas que tiene el país, pero resultan -y lo planteo en el artículo- buenas medidas para generar gobernabilidad con los sectores más conservadores, con las iglesias evangélicas, con los sectores del partido conservador y otras fuerzas que siente que ese es el camino moralizador de la política colombiana. A eso le llamo el populismo punitivo, que son medias que en realidad no son efectivas para enfrentar los grandes problemas sociales o incluso este tema del consumo de drogas, o la violación o el ataque sexual contra mujeres y menores de edad, y mucho menos para “urbanizar” a la sociedad colombiana, sino que están pensadas para ganar réditos políticos y tratar de gobernar.

Es un camino que pareciera bastante poco efectivo pero que empieza a generar las condiciones para ir hacia la agenda real que tiene el gobierno colombiano y el presidente Duque, que es volver a ubicar la guerra como el centro de la política colombiana.

En los últimos 8 años logramos, como país, pasar de esa lógica de guerra a empezar a discutir la paz y a salir del conflicto armado interno, y Duque, representante de sectores de las fuerzas militares, de estos sectores ultraconservadores, están pretendiendo volver a la guerra, generando polarización, generando unas posiciones de orden cultural que les permitan trascender hacia allá.

–Una de las cosas que también se da, y era sabido que iba a suceder (en base a esto que decís), no solamente de la “revisión” por ponerle un título “diplomático”, la revisión de los acuerdos de paz tanto con las FARC como con el ELN, que estaban encaminados, porque por lo menos se había empezado a charlar, no solamente complejiza la discusión hacia lo interno de Colombia, por la gran cantidad de asesinatos de líderes sociales que hubo desde la asunción de Iván Duque, sino también un conflicto externo, fundamentalmente con Venezuela, por las diferencias ideológicas y por las presiones norteamericanas para que esto suceda.

En relación a estos dos temas, que indefectiblemente están vinculados, y que tiene que ver con esto que marcabas sobre el final y que es la política de la guerra que ha tenido Uribe y ahora su continuidad con Duque ¿Cómo crees que puede desarrollarse, teniendo en cuenta que como pueblo han hecho un proceso muy interesante para tratar de salir del conflicto armado?

–Uno de los temas importantes es que por ahora la mayoría de la sociedad colombiana piensa que la paz es mejor que la guerra. Y eso el gobierno de Duque no lo ha podido revertir, por eso está intentando por esta vía autoritaria respecto del ataque a jóvenes, en el ataque a sectores sociales; tratar de polarizar y de impulsar esta idea del autoritarismo como alternativa política.

Es bueno decir que hay movilizaciones estudiantiles, que los partidos progresistas, de izquierda, de sectores democráticos tienen una buena e importante presencia política hoy en el país, también favorecidos por el proceso de paz. O sea que Duque no encuentra por un lado un camino expedito para acabar los acuerdos de paz, y por otro tampoco para ganar mayorías sociales para iniciar una aventura militar en contra de Venezuela. Creo que mucho de esto es mediático para generar cierta estabilidad política interna.

Hoy Duque encuentra a un enemigo que es Venezuela para poder reafirmarse en la política interna, también para favorecer los intereses de los sectores militares que están pidiendo recursos. El único rubro que sube del presupuesto nacional de 2019 es el de las fuerzas militares, producto de una ambientación mediática del conflicto con Venezuela, de los ataques contra la guerrilla del ELN y de la ruptura del acuerdo de paz. Me parece que hay mucho de la política interna que Duque trata de estabilizarse a partir de esta búsqueda de enemigos, de azuzar la guerra, de generar estos fantasmas que son muy peligrosos, porque es muy posible que sectores muy violentos del guerrerismo, los sectores de las fuerzas militares y de sectores de la clase política colombiana realmente se lo crean y avancen hacia desarrollar esa tesis.

No estoy convencido de que Colombia tenga la intención de iniciar una guerra contra Venezuela pero es muy peligroso estar lanzando esas hipótesis y que el propio presidente la lance como lo hizo en Naciones Unidas hace un par de semanas.

El ambiente es de disputa, el ambiente es distinto al de hace 8 años y al del propio gobierno de Uribe porque hoy hay fuerzas populares mucho más sólidas, una oposición progresista también mucho más sólida, pero no deja de ser preocupante y mucho más en el marco de un avance de los sectores ultraconservadores en América Latina. No sabemos cuál va a ser el efecto que tenga el posible triunfo de Bolsonaro, no solamente en Brasil, sino en toda la región. Me parece que es peligroso, creo que hay que hacerle seguimiento y por eso vamos a estar revisando y haciendo análisis discursivo de las acciones de gobierno que venga desarrollando Duque porque sin duda también Colombia es un país que puede servir de plataforma acciones armadas en la región. Hay que recordar que hay 7 bases militares norteamericanas en territorio colombiano, que Colombia tiene, tradicionalmente, un ejército bastante preparado producto de la guerra interna. Entonces hay que mantener ese seguimiento y no menospreciar la capacidad que tenga Duque para incendiar a Colombia o a la región.


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