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Sebastián Salgado: ‘‘Yemen está viviendo, según las Naciones Unidas, la mayor catástrofe humanitaria

La desaparición del periodista saudí, Jamal Khashoggi; los intereses cruzados entre quienes se veían denunciados por este cronista de The Washington Post; los actores de Medio Oriente (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, etc) y Occidente (Estados Unidos, Alemania, Francia, etc) que sostienen negocios millonarios mediante crímenes de lesa humanidad a plena luz del día y sin que la comunidad internacional siquiera se indigne; y la resistencia heroica que el pueblo yemení viene sosteniendo desde hace años, son los tópicos por donde se movió el agudo análisis de Sebastián Salgado, periodista, responsable del portal Data Urgente y docente universitario, en esta entrevista en los pisos de Radio Universidad de La Plata.

–El dos de octubre desaparece un periodista, Jamal Khashoggi, de una familia de mucho poder, de mucho peso, no solamente en la región sino a nivel mundial, que en occidente no se conoce prácticamente, pero con vínculos de mucho peso. De hecho, lo que se cree es que llega a la embajada de Arabia Saudí en Estambul, Turquía, como engañado de que le iban a dar sus nuevos papeles porque se va a casar con una ciudadana turca. En definitiva, desde el dos de octubre no hay noticias hasta estos últimos días que reconocen que había estado en ese lugar y se empieza a especular con quién lo asesinó, cómo. Arabia Saudí, acá no se conoce, pero es una de las siete monarquías del Golfo, una de las más violentas y que, no solamente está asesinando a los yemeníes, sino, tuvo conflictos con Qatar, Bahrein. ¿Cuál es tu primera lectura de este hecho?

–Primero entender el nivel de censura que existe hoy en Arabia Saudita. Khashoggi, como vos bien decías, viene de una familia que manejaba muchos de los medios comerciales de Oriente Medio en idioma árabe, y era –pensando que es una persona que ya no está viva– un columnista importante The Washington Post. Entonces, por un lado, no es casual que una persona de esa influencia económica termine siendo un columnista The Washington Post y que, desde esa tribuna, era una persona muy crítica a esta –vamos a decir– gestión de la realeza saudí que, a todas luces, es un gobierno represor, genocida, que tiene una trayectoria impensada para una mente de occidente como la nuestra, al punto que el nombre mismo de Arabia Saudí responde a la familia Al Saúd, a la Casa de Saúd. Ellos mismos están viviendo un proceso de transición, donde el príncipe Mohámed bin Salmán, que tiene 30 años, está tratando –de a poco– tomar las riendas del país. Un país donde –para que imaginemos– hace pocos meses que las mujeres apenas tienen permitido manejar, un país donde no existe ningún tipo de representación democrática y un país que, a todas luces, quiere disputarle el liderazgo regional-político a la República Islámica de Irán. Entonces, por eso muchas veces se enfrenta a estos países cuando, en realidad, no son enemigos naturales.

“Arabia Saudita es la representación israelí en el mundo árabe. Arabia Saudita es, a la vez, la representación estadounidense en el mundo árabe

Arabia Saudita es la representación israelí en el mundo árabe. Arabia Saudita es, a la vez, la representación estadounidense en el mundo árabe. Entonces, cuando pasan este tipo de cosas, es importante saber que en ningún momento debemos tomar el caso del gobierno turco, y sobre todo a través de la presidencia de Recep Tayyip Erdoğan, como un gobierno democrático. El mismo gobierno de Erdoğan asesinó a decenas de periodistas, en este mismo momento, tiene encarcelados por ese falso golpe de Estado que inventaron el año pasado y que, sin ir más lejos y a título personal, asesinaron a mi compañera y ex-colega Serena Shim del canal Press TV, la señal iraní en inglés. En el año 2014, Serena Shim estaba haciendo un trabajo importantísimo en la frontera turco-siria y fue la primera que señaló, con imágenes de video, que supuestos camiones de ayuda humanitaria que iban hacia Kurdistán eran, en realidad, mercenarios pagados por el gobierno turco para pelear contra los kurdos sirios. Ella los vio, les tomó imágenes y les conoce la fisonomía, y esos camiones no eran de ayuda humanitaria. El día después que hace ese reporte para Press TV, denunció que la estaban siguiendo los servicios de inteligencia turcos y que ya la habían amenazado. A la mañana siguiente vuelve a la zona donde estaba grabando y un camión la embiste y la mata. Ese es el gobierno de Tayyip Erdoğan y es el gobierno que está denunciando a la familia Al Saúd porque realizaron el asesinato de un periodista en su territorio. Eso es lo que a ellos les interesa demostrar, una cierta cercanía a los derechos humanos, a occidente y, evidentemente, asesinar un periodista The Washington Post no tiene el mismo precio que asesinar a una chica del canal iraní Press TV.

–En Red Voltaire aparece la información que el gobierno turco había logrado meter micrófonos dentro de la embajada de Arabia Saudí en Estambul, por lo cual, tenía mucha información a raíz de las torturas que había sufrido este periodista, ciudadano saudí, pero que no las podía hacer públicas porque sería un escándalo diplomático. También, lo que mencionas, habla de la complejidad que tiene Medio Oriente y que en Occidente se desconoce por completo, incluso es muy difícil para aquellos que intentamos comprender esa parte del mundo porque está atravesado por un montón de no sólo intereses geopolíticos, sino, también, tradiciones culturales, religiosas, de formas de cómo comprender el mundo y porque hay tanto monarquías como gobiernos democráticos. En esto, también, el rol de la prensa de cómo mostrar, porque siempre el enemigo es Irán. De Arabia Saudí casi no se habla y, en el medio, está el giro que hizo Turquía al empezar a vincularse con Rusia, China e, incluso, Irán. Y sumado las amenazas del gobierno saudí que dice si nos sancionan, subimos el precio del petróleo y nos aliamos con los rusos e iraníes. Todo esto complejiza la lectura para tratar de entender hechos como este que no es, ni más ni menos, un asesinato pero que tiene ribetes y lecturas que son interminables.

–La familia Saúd tiene pánico de que esta mal llamada Primavera Árabe, que se inició hace unos diez años, siga siendo un caldo de cultivo que ponga en amenaza que esta gente siga en el poder y, cuando hay una transición de poder, ellos se sienten más vulnerables. El príncipe bin Salmán tiene, por toda la descendencia de los reyes, decenas de primos, hermanos y demás, pero como ganó la confianza de su padre tuvo la posibilidad de mandar, hace aproximadamente seis meses, a encerrar a todos los que serían su propia línea sanguínea en un hotel cinco estrellas en Riad y no dejarlos salir durante meses. De ahí es que se habla, específicamente, que tuvo el poder para torturarlos a todos esos que son su propia familia, para que firmaran y abdicaran en favor de él para el trono real de Arabia Saudita. Estamos hablando de gente muy poderosa, incluso más poderosa que este hombre periodista y de medios como es Khashoggi. De ese tipo de gente estamos hablando.

”(Khashoggi) evidenciaba el trabajo de lobby que estaba haciendo el príncipe bin Salmán con el gobierno de Donald Trump

En ese contexto, no debería extrañar que, si el príncipe bin Salmán está gastando muchísimo dinero en crear una imagen positiva en Occidente sobre su gestión y preparando las cosas para que desde Europa y América se le tenga una visión positiva sobre lo que esta realeza puede hacer con su propio pueblo. Bueno, este periodista era la piedra en el zapato porque desde The Washington Post, conociendo las entrañas de la Casa Al Saúd, contaba y evidenciaba el trabajo de lobby que estaba haciendo el príncipe bin Salmán con el gobierno de Donald Trump. En realidad, no debería tener ningún contexto más allá de intentar, por un lado, perpetuarse en el poder y, por otro, ser un apéndice de Estados Unidos en Oriente Medio, porque en el momento que Estados Unidos presiona un poco para que la Casa Al Saúd diga realmente lo que había pasado en la embajada de Arabia Saudí en Estambul, salieron con voceros a decir no se metan ‘tanto’ con nosotros, porque si dejamos de producir los siete mil barriles diarios que estamos enviando, el precio del crudo puede irse entre cien y doscientos dólares. A eso, Estados Unidos, no tiene cómo enfrentarlo. Entonces, los saudíes tienen una serie de herramientas y de beneficios por los cuales se mantienen en el poder pero también obtienen muchos privilegios. Parte de eso, es la compra de armamentos, Estados Unidos le vende armamento a los saudíes, quienes tienen dinero para pagarlo y seguir, de alguna manera, lo que se conoce como la guerra contra Yemen.

–Parece una desprolijidad lo del asesinato al periodista, ¿fue realmente Arabia Saudita? Parece que los que quedan peor parados son ellos y es, realmente, una locura, ya que, habiendo tantos métodos para asesinar a un periodista de manera como que parezca un accidente, por decirlo de manera mafiosa, lo maten cuando va a la embajada, parece burdo.

–Poniéndonos en la mentalidad de alguien que pertenece al gobierno saudí: la palabra de una mujer vale lo mismo que nada. Además, se olvidaron que Khashoggi había ido a pedir sus trámites para casarse con una ciudadana turca que lo había acompañado a la embajada en ese mismo momento. Él había estado un día antes, viendo cuáles eran los trámites que necesitaba para casarse con ella –por algún motivo, evidentemente, no quería entrar a Arabia Saudita ya que, tal vez, ahí le hubiesen resultado más fáciles los trámites–, le dijeron que regresara y cuando regresó ya tenía la trampa tendida. Pero fue con su prometida, entonces, ella esperó durante horas ahí y el tipo no salía. Salió un hombre de la embajada a decirle este hombre ya se fue, no sé por qué usted está esperando acá, y la mujer empezó a hacer las denuncias. Trascendió, evidentemente hubo un montón de medios interesados en cubrir la historia y el gobierno turco también interesado en decir ojo, que nosotros podemos matar un montón de gente pero, con este, no tuvimos nada que ver y pusieron ahí sus servicios de inteligencia a disposición. Tal vez, el príncipe bin Salmán y sus secuaces –porque de eso participaron unos cuantos– no tuvieron en cuenta la dimensión mediática que esto podía llegar a tener.

”¿Dónde está el cuerpo de Khashoggi? Es un misterio que todavía no hemos logrado develar

Primero negaron que el periodista había estado dentro de la embajada. Después, cuando las historias empezaron a ser como una película de terror, porque hablaban que el hombre fue descuartizado y empezaron a aparecer los videos de servicios de inteligencia turcos, que grabaron, incluso, cómo servicios de limpieza entraron –como quince personas– horas después que el tipo había estado ahí, y dos aviones –pertenecientes al gobierno de Arabia Saudita– partieron desde Estambul hacia Arabia Saudita donde se supone que también podrían haber escondido el cuerpo de este periodista. Bueno, no les quedó otra que inventar una historia para que la prensa tuviera algo de qué atenerse. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vio que esto podía repercutir más allá de la política, ya que, en el ámbito económico en definitiva Arabia tiene el dinero. Ahora le compra las armas a Estados Unidos, pero se las puede comprar a Rusia o a China, y si el barril de petróleo se va a doscientos dólares esto puede salirle muy caro a los Estados Unidos. Donald Trump manda a Mike Pompeo para que inventen una historia –esto es increíble porque podés ir siguiendo la historia día por día– que la prensa pueda contar. ¿Cuál es la historia de ayer? Que el periodista entró y se peleó a golpes de puño en la embajada contra catorce personas que estaban allí y murió en esa pelea. Aunque parezca ridícula, es la historia más verídica que pudieron inventar entre el gobierno de Estados Unidos y el de Arabia Saudita. ¿Dónde está el cuerpo del periodista Khashoggi? Es un misterio que todavía no hemos logrado develar. Hablaban de que puede estar disuelto en ácido porque hubo un médico forense que estaba ahí y que perfectamente podría haber desmembrado el cuerpo o hacerlo desaparecer. Otra de las personas, que aparentemente presenció todo, un alto mando de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita, murió en un accidente muy extraño hace dos días y había estado presente en la embajada.

–Todo parte de la complejidad de la región, pero Arabia Saudí no es solamente este hecho, sino que también podemos hablar de Siria como de Yemen. Hace pocos días, en algunos portales, salió la noticia de que alrededor de trece millones de yemeníes corren riesgo de morir por inanición producto de la guerra y la cuestión inhumana –al margen de que la guerra siempre es inhumana– de ensañamiento del gobierno saudí con los yemeníes. Sea una persona o miles debería dolernos lo mismo, pero, de todas maneras, son trece millones de personas, además de las diez mil que ya murieron en el conflicto armado. Recientemente fuiste, intentaste volver a Yemen. ¿Cómo fue esa experiencia?

–Yemen está viviendo, según las Naciones Unidas, la mayor catástrofe humanitaria del planeta tierra en este momento. Esto está pasando porque Yemen es un país que, hasta hace unos veinte años, estaba dividido en dos regiones, que tiene dos grupos étnicos-culturales bastante definidos y que, hasta hace tres años que estalló esta especia de guerra o revolución –como queramos llamarla–, tenía un gobierno que aceptaba que Yemen sea el patio trasero de Arabia Saudita. Entonces, Yemen, como el país más pobre del mundo árabe, no podía esperar demasiado teniendo en cuenta la relación que tenía con su vecino, relación parecida a la de México y Estados Unidos. En el norte de Yemen hay un grupo que son los hutíes, un grupo étnico muy importante que tenía el control de la capital y que son musulmanes chiítas, esa es la base de este grupo de gente que decidió dejar de estar bajo la bota de Arabia Saudí e iniciaron un proceso revolucionario que, desde hace tres años, tiene tomado más de medio país. Para que esta revolución popular de los hutíes no trascienda hacia Arabia Saudita, y que Yemen siga siendo un país dominado por la Casa Al Saúd, Arabia Saudita puso a disposición todo su arsenal, que es uno de los más importantes del mundo, y formó una coalición militar con Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar participó en un principio y después se retiró y Bahréin, que es la otra realeza del Golfo, también participa de alguna manera.

No esperaban encontrarse con semejante resistencia. Ese pueblo que está decidido a ser libre y no dejarse dominar por una monarquía, está dispuesto a morir en pos de su propia revolución. Hasta hace seis meses, si bien el país y toda la periferia estaba tomada y la capital cercada –que sigue estando en poder de los hutíes–, tenían el puerto de Al Hudayda por donde podían comerciar, por lo menos, alimentos. Obviamente no armas y demás porque todo eso estaba cercado. Lo que hizo Arabia Saudita en los últimos tres meses, que empeoró muchísimo la situación, fue invadir el puerto de Al Hudayda. Entonces, toda esa población, entre unos trece y dieciocho millones de personas están cercadas, sin ningún tipo de contacto comercial con algún otro países, de recibir alimentos, el clima es desértico y no se pueden producir muchas cosas y están viviendo, desde hace muchísimo tiempo, una situación de hambruna muy difícil. A esto se suma una explosión de cólera que está muy presente, sobre todo en los chicos porque se deshidratan muy fácil con el calor de ahí. Entonces se disparó esta alarma por parte de las Naciones Unidos. Lo cierto es que la situación persiste, pero como no hay una lógica de por qué Arabia Saudita puede llegar a mantener una guerra contra un país que simplemente está llevando un proceso de liberación interno. Es muy difícil encontrar información en los medios de comunicación. Es en este afán de querer hacer un aporte comunicacional, que nos hemos dado a la tarea de intentar entrar a Yemen y contarlo de nuestra propia voz, pero hasta el momento, por ahora, como decía el comandante Chávez, no hemos tenido éxito.

–Viendo el mapa, hay una cuestión en Yemen con el estrecho que conecta el Mar Rojo con el Golfo de Adén, también, es uno de los lugares por donde más tránsito de barcos que llevan hidrocarburos desde Arabia Saudí hacia Estados Unidos. Como recién charlabamos, Arabia Saudí es uno de los principales proveedores de petróleo o de derivados de fósiles hacia Estados Unidos, esto jugaba en la situación considerando los puertos que tenían controlados.

–Totalmente. Los hutíes no solamente se limitaron a la defensa de su territorio y han hecho pasar una vergüenza muy grande a los invasores saudíes, sobre todo a nivel territorial.

–Sería la Vietnam de Estados Unidos.

”Aranco –la empresa más grande del mundo en ese sentido– tuvo que reorganizar toda la distribución del petróleo porque un grupo de rebeldes está dispuesto a defender su territorio

–Es algo así porque ellos tienen un armamento muy básico, pero tienen la convicción de liberar a su país y defienden su territorio utilizando la sorpresa, como de alguna manera hacían los vietnamitas. Si bien Arabia Saudita bombardeó la capital el catorce de octubre –hace seis días–, Saná, y bombardeó un ómnibus donde había civiles, los hutíes que están en Yemen lograron desarrollar o conseguir armamento que llegó hasta las cercanías de Riad. Es una manera de demostrarles a los saudíes que ellos no sólo están en capacidad de defenderse, sino, también llegado el caso, de contraatacar. Ese ejemplo sirve también para una embarcación de Aranco, compañía petrolera saudí que se encarga del traslado del petróleo, que lograron interceptar y bombardear un barco petrolero-carguero de esta compañía. Por lo cual, Aranco –la empresa más grande del mundo en ese sentido– tuvo que reorganizar toda la distribución del petróleo porque un grupo de rebeldes está dispuesto a defender su territorio. Realmente Arabia Saudí, en la situación que se encuentra ahora, si llega a perder el apoyo de Estados Unidos a nivel político, tal vez Yemen le empiece a quedar un poco grande, porque si durante cuatro años no pudieron contra esa insurgencia, quedando solo a nivel político sin el apoyo de Estados Unidos, las cosas sólo pueden empeorar para ellos.

–También el apoyo de toda la Unión Europea: Francia, Reino Unido, España, son países que han vendido muchísima cantidad de armas, millones de dólares en armas, y eso empieza a ser cuestionado puertas adentro de la Unión Europea, tal vez desde lo discursivo. Esa venta se sigue dando pero no sé cuánto más en el tiempo se pueda extender.

–De hecho, por el conflicto del periodista saudí asesinado, Alemania, Francia y Reino Unido hicieron un comunicado muy tibio instando a las Naciones Unidas por la libertad de expresión pero no se posicionaron.

–Ahora, estamos en una situación en la cual la bota no puede aplastar a Yemen, Yemen no gana y es una situación que no se puede extender en el tiempo porque la imagen de Arabia Saudita es cada vez peor. ¿Cómo ves que se pueda llegar a resolver esto?

–En el mundo del S.XXI, ninguna monarquía tiene futuro, ni la saudita ni ninguna. Ese es el ejemplo más claro. Se habló en algún momento si Rusia podía llegar a intervenir como lo hicieron en Siria, pero hasta ahora esa posibilidad no se ha manejado como cierta. Pero es interesante para pensar de qué manera esto nos afecta, ustedes saben que el último día de noviembre y el primero de diciembre se hace la Cumbre del G20 en Argentina, que tiene una representatividad un poco extraña de cuáles son los países del mundo que pertenecen a eso y cuáles no, se supone que son los más desarrollados, y ¿cuál es el único país de Oriente Medio que va a tener representación en la Cumbre del G20 en Argentina? Arabia Saudita. Se supone que acá va a tener que estar el príncipe bin Salmán tratando de decir lo moderno, maravilloso y pujante que es su país junto con el presidente Mauricio Macri. Me parece un punto de inflexión interesante cuál es el modelo de mundo que nos quieren llegar a imponer, cómo una monarquía como esta puede llegar a ser parte de los grupos de países que se supone son modelo para los que no pertenecen, y nos da –a las claras– una situación que cada vez nos toca más de cerca, que esa barrera comunicacional que existe entre Oriente y Occidente no se da tanto a nivel político. Las relaciones son muy fluidas, lo que pasa en Oriente Medio tiene una influencia directa sobre Occidente y es importante hacer estos esfuerzos porque las repercusiones de lo que pasa allá evidentemente cada vez van a tener más peso en América Latina.

–Va a ser un ejercicio interesante prestarle atención a qué es lo que diga la prensa argentina cuando suceda el G20 y venga el monarca saudí o alguno en representación, incluso para ver cómo se construye esa idea en términos mediáticos y, también, habrá que ver qué tipo de instancias hay en términos de manifestaciones populares en rechazo a la visita no solamente de este señor, sino de muchísimos otros que van a estar presente y que tanto daño le están haciendo a sus propios países y al mundo entero.

–Para quienes les interese estos temas, les comento que estamos preparando una charla en la Facultad de Periodismo de La Plata para el jueves ocho de noviembre a las siete de la tarde. Con la presencia de Stella Calloni, Fernando Buen Abad, Carlos Aznarez para hablar de la relación entre América Latina y el G20, con la realidad de los tres países que la componen –Argentina, Brasil y México– y el rol que nos hacen jugar. En este contexto político, es importante, de una buena vez por todas, pensar la política nacional a partir de un contexto un poco más global. No pensando en el mercantilismo de la globalización pero sí en la geopolítica de la realidad, que hace que lo que pasa en otras regiones repercuta directamente en la nuestra.

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